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Helio Jonás

@ El copyleft no es comunista

El 'copyleft' no es comunista, o liberal, sino todo lo contrario...
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A partir del desafortunado comentario de un Bill Gates que parece estancado en el tiempo se ha montado una de esas tormentas en un vaso de agua que hacen tan divertida la Red. La razón, la filiación política del 'copyleft'. Unos (Gates) que si es comunista, otros que si es liberal; cuando lo cierto es que lo único que se puede afirmar con certeza es que el 'copyleft' es marxista, sector Groucho, y el 'copyright' es cada vez más absurdo. Preguntarse si es comunista o liberal no puede llevar más que a una respuesta errónea, porque es la pregunta la que está equivocada. El 'copyleft' no es de derechas ni de izquierdas, sino el heraldo de una nueva política para la que la propiedad de las ideas es el eje y razón de ser. Es hora de superar los enfrentamientos entre ideologías de tiempos pasados, y de reconocer (y luchar) las nuevas batallas del futuro.

Lo más gracioso de todo es que el comentario original tiene poco que ver con la política, ya que para Bill Gates 'comunista' no significa más que 'contrario a su negocio'. Un ejemplo: cuando en 1995 uno de sus empleados le propuso regalar software en la Red, como por entonces estaba haciendo Netscape con su navegador, Gates no encontró insulto más fuerte que llamarle 'comunista'. Lo cual no le impidió meses más tarde hacer exactamente eso con el navegador Explorer, iniciando una guerra que acabó con Netscape hecho astillas y la propia Microsoft condenada ante los tribunales. Aunque ésa es otra historia.

No deja de ser llamativo que sectores ideológicamente muy separados en el espectro político convencional coincidan en reivindicar el fenómeno 'copyleft' como propio, e inserto en su tradición política y cultural. Un absurdo, si pensamos en términos de izquierdas y derechas, de comunistas y liberales. Quizá porque éste es el problema de fondo; el 'copyleft', y la batalla por el control de la propiedad inmaterial (intelectual e industrial) que hay debajo de su demonización, no pueden entenderse en términos de una política dominada por conceptos de la Era Industrial.

Lo que ocurre es que el 'copyleft' está definiendo su propia política; un eje de enfrentamiento ideológico que va a ser clave para la sociedad del siglo XXI. La política de nuestro tiempo va a estar dominada por la posesión y el control del conocimiento.

Durante el siglo XX (y buena parte del XIX) la cuestión que definía el enfrentamiento político fue la propiedad de los medios de producción industrial. El socialismo asignaba esos medios al Estado; el capitalismo al capital inversor, y una buena parte de la estructura de las sociedades que optaban por uno u otro modelo se derivaban de esta decisión inicial. Las formas de organización política interna o las infraestructuras de la acción internacional de los países estaban enfrentadas a partir de esta dicotomía original. A pesar del colapso económico/político de los países del socialismo de Estado, y la consecuente victoria de la postura capitalista, se sigue analizando las posturas políticas desde esta perspectiva: la propiedad de los medios de producción industrial.

Pero estamos adentrándonos en un mundo postindustrial, en el que el conocimiento es mucho más importantes que las factorías. Un diseño y una marca bastan, como demostró Nike, para conquistar el mundo y acumular riqueza sin necesidad de disponer de medios de producción industrial. Es necesario, eso sí, poseer y controlar diseños y marcas; ser propietario de ideas. De la creciente importancia económica de este control da fe la continua presión que las grandes empresas ejercen para endurecer, cerrar y aumentar el control de la propiedad inmaterial en todo el mundo.

En el siglo XXI la clave va a ser el control de las ideas. La batalla política se librará entre quienes creen en la propiedad intelectual fuerte (restrictiva y defendida con policial vigor) y quienes prefieren un enfoque laxo (en el que las copias están permitidas siempre, o en determinadas condiciones). Los primeros en el nombre de la economía arriesgan estrangular la creatividad con controles demasiado estrictos; los segundos pierden una fuente de ingresos conocida a cambio de otras teóricas que la hiperabundancia pueda generar en el futuro. De este eje básico de divergencia económica y legal surgirá buena parte del enfrentamiento político del futuro próximo.

Es por eso que ideas como el 'copyleft' no pueden encajarse en las nociones de izquierda y derecha convencionales, y la razón por la que entre sus defensores se encuentren extraños (y a veces muy sorprendidos) compañeros de cama. Del lado del 'copyleft' hay gentes que en política convencional están en extremos opuestos de la escala, pero que se descubren defendiendo conjuntamente la extensión del conocimiento con las menores trabas posibles. A la vez que nace una nueva forma de hacer política, a la vez que se desarrolla una nueva economía, está naciendo una nueva política; un eje que trasciende las izquierdas y las derechas de antaño en un nuevo marco económico y social.

El XXI será el siglo de la Red. Va siendo hora de reconocer que su política será política en y sobre la Red. Y que los viejos eslóganes ya no nos sirven. La política de la Era Industrial se queda pequeña en la Era del Conocimiento. Es el momento de superar viejos alineamientos y trabajar en los nuevos; hay que abandonar las viejas dudas y encontrar la pregunta correcta. Para poder empezar a buscar respuestas.
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Créditos
· artículo: "El copyleft"
· autor: José Cervera
· fecha: 9 de Enero de 2005
· url: Navegante, 9 de Enero
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There can be no economy where there is no efficiency. (Disraeli, British statesman)